Jueves, 28.02.02

Trás diecisiete horas de navegación hemos arribado, a Palermo. Zarpé ayer a las seis de la tarde y he entrado en el Puerto de Palermo hoy a las once. La travesía ha sido durísima. Con la mar de proa todo el trayecto, fuerte viento de cara y mucho frío. Gracias a Dios la Luna estaba vigilante y su luz hacia algo más llevadera la noche. El capitán del barco de apoyo no había dormido la noche anterior pero insistía que se encontraba en condiciones de navegar. Es un bravo marinero y siento una gran confianza hacia él. Tres difíciles repostajes en alta mar debido al fuerte oleaje fueron los únicos momentos de descanso en la travesía. Son diez minutos donde tras llenar de combustible mi embarcación, puedo beber y comer algo que me permita mantener las fuerzas y así quedarme en pie hora tras hora.. La tripulación me comenta/ ahora entendemos el sentido que tiene para tí la navegación a bordo de tu barquito y la dificicultad de estas expediciones... He rezado mucho esta noche..