Sábado, 27 de Abril de 2002
He dormido pocas horas pero muy intensas. Estoy en un hotel frente al
puerto
donde está atracado el catamarán con Chus, Bernard, María y Johan a
bordo..
Ayer me quedé otra vez escribiendo mi resumen del día para vosotros, y
me
metí en la cama tarde. Hoy me he despertado a las siete de la mañana.
Estoy feliz porque por fín zarpo! Organizo todo mi equipaje y preparo
toda
la ropa y cosas que no voy a necesitar en alta mar. No hay ningún
puerto
donde atracar.., en consecuencia se necesitan pocas cosas.. Es
importante
no crearse necesidades. Cuantas menos necesidades nos creamos, más
libres
somos. La mar tiene también eso; solo se necesita lo mínimo: lo que se
usa.
Es parecido al desierto, donde los nómadas solo poseen lo que pueden
transportar en su camello.
Me voy a quedar solo con ropa de agua para el frío intenso que pasaré
en las
noches de navegación. También un cepillo de dientes y poco más.. En
una
hora tengo todo listo. Ya estoy preparado para el gran momento.
Aunque lo
que me espera es desconocido y extremadamente difícil, en el fondo me
siento
feliz y tranquilo. Tengo un cosquilleo en el estómago parecido al que
tienes
antes de un exámen ó reunión importante; pero tengo tanta ilusión que
el
pequeño miedo se hace mínimo.
Sin embargo, pronto me voy a enterar de algo que me va a golpear muy
fuerte.. Son las ocho cuando recibo una llamada desde el barco.
Johan, con
voz apagada me dice que me tiene que dar una noticia fatal: han robado
en el
barco. Me quedo atónito. Mis pulsaciones se disparan. Un intenso
calor me
invade por completo. Instintivamente pregunto si la "NUMANCIA" está en
el
agua. Me responde que sí. Mientras dormían a bordo, han robado todos
los
equipos electrónicos que hacen posible la producción de nuestro vídeo
de la
travesía; los contenidos para internet; la transmisión de datos desde
la
mar.. Han desaparecido las tres cámaras de TV; todas las fotográficas;
todos los ordenadores con sus programas que fueron especialmente
concebidos
durante meses para nuestra expedición; la mesa de edición; sistemas de
transmisión vía satélite; teléfono IRIDIUM y todos los accesorios. Los
sistemas de navegacxión del barco no los han tocado ya que estaban
instalados, pero todo lo portátil se ha esfumado.
Esto significa el final de la producción tal y como estaba conceptuada
desde
hace meses y que venía realizándose con éxito desde Roma hasta ahora.
El
golpe es tremendo. Probablemente una de las peores cosas que podían
ocurrir. Inmediatamente pienso que los miembros del equipo de apoyo
que
dormían a bordo, no han respetado mis instrucciones en el sentido de
mantenerse siempre vigilante y respetar los turnos de guardia también
en
puertos de mar. Yo comprendo que en un puerto bien vigilado como lo es
el
Puerto de la Luz, las personas se pueden relajar, pero lo dejé claro
desde
el primer día. Estas son aventuras duras para gente dura; y si hay
que
hacer guardia, hay que hacerla. Estoy profundamente triste y me siento
enfadado y frustrado. Sin embargo, no quiero enfadarme con mi equipo y
darles más presión de la que tienen que estar sintiendo en estos
momentos..
Tengo que aparentar ante ellos que me afecta menos de lo que en
realidad
es.. He de transmitir toda la moral que me sea posible.. Indico que
avisen a la policía, que llega puntual para iniciar la investigación.
Decido continuar con el programa previsto y zarpar a las doce.
Vivo momentos de profunda desilusión que anulan hasta la rabia que
siento
por lo que está sucediendo. Ugarte me llama y le cuento todo. Enseguida
se
ofrece para ir al barco y ayudar en lo posible.
Me dice que no me derrote. Lo importante es intentar llegar al otro
lado
del Océano. Hay que zarpar ya, siempre que no hayan robado sistemas de
navegación y comunicación que den seguridad a la navegación. En ese
capítulo, falta uno de los teléfonos vía satélite IRIDIUM. Se hace
necesario pedir el Lunes una unidad a Madrid y que lo envíen a
Tenerife,
donde tendré que quedarme hasta que llegue.
Es un momento duro. Una situación desesperante. Pero intento
adaptarme con
rapidez al "nuevo escenario" y me dispongo a zarpar.
Vestido con la ropa de agua, me dirijo al barco donde la moral está por
los
suelos.. Intento animar lo que puedo y les indico que zarpen por el
Norte
de Gran Canaria, rumbo al Sur de Tenerife. Yo navegaré en solitario por
el
Sur de Gran Canaria y nos veremos D.m. en Puerto Colón a la noche. Por
si
la investigación requiere su presencia, le pido a Johan que se quede en
Las
Palmas unos días hasta que lleguen los IRIDIUM y podamos zarpar desde
Tenerife.
Embarco en la "NUMANCIA" y me dirijo al Club Náutico donde están las
personas que han querido acercarse a decir adiós y desear una suerte
que voy
a necesitar.. En la prensa canaria ayer apareció un importante
comentario
titulado "¡Ánimo Álvaro!" Era el resumen del trato que hemos sentido
en
Canarias durante etos días de preparativos. Todo el mundo se ha
volcado;
las autoridades, los medios de comunicación, mis familiares y
entrañables
amigos canarios, las personas en general que se acercaban a felicitar
por la
etapa conseguida Roma - Las Palmas, y animaban a seguir adelante..
Todo
esto representa una emoción muy fuerte para mí. Veo que muchas
personas
empiezan a comprender y valorar mis travesías. Comienzan a imaginar
lo que
es navegar tantas millas solo en un barquito tan pequeño..
Han pasado 20 años y he tenido que afrontar el Atlántico para que
suceda
esto, pero estoy sintiendo al menos el respeto que merece todo aquel
que se
embarca en cualquier nave, en cualquier momento, en cualquier lugar de
cualquier mar..
Enteradas del robo, las personas que han venido a despedirse no pueden
disimular su tristeza.
Entre los presentes a la hora de partir, está la madrina de la
Expedición:
mi querida Madre que ha llegado desde la Península con todos los
hermanos
que han podido viajar y casi todas mis sobrinas que adoro. Ellas me
dan
también la fuerza que necesito cuando ya no me quedan casi fuerzas..
Están todos los que sienten esta singladura como suya, porque és
también de
ellos. Despidiéndome tras lo ocurrido, y respirando el instante que
estoy
viviendo (zarpar en la pequeña "NUMANCIA" hacia las américas..) me
siento
con todas las emociones a flor de piel.
En esto veo a Luis Colina y a su mujer, Mercedes. Están observando
discretamente estos momentos importantes para nuestra Expedición. Me
acerco
a ellos y Luis me muestra el pañuelico diciéndome que lo lleve conmigo.
Nos
damos un abrazo y le pido por favor que me lo anude al cuello, a la vez
que
mis ojos se acaban de encharcar completamente. Me acuerdo de San
Francisco
Javier, y pienso si Dios me permitirá estar en Julio en Pamplona con
éste
entrañable símbolo de Navarra, que voy a tratar de llevar a América..
Zarpo al fin y fuera de la bocana me encuentro con una patrullera de la
Armada donde han embarcado amigos y personas vinculadas con la
singladura.
Fernando, representante de la Liga Naval en Canarias, lo ha organizado
todo
para que me acompañe durante unos momentos. Navegamos a la par,
sintiendo
una intensa emoción muy difícil de describir.
Finalmente, la gran nave militar vira para regresar a puerto y quedo
solo
frente al terrible mar tenebroso.. Ahora empieza la segunda etapa de
mi
Expedición... Canarias - América
Navego rumbo Sur y al rato encuentro a mi buen amigo Alejandro que
navega a
bordo de su moto acuática. Ha venido a mi encuentro para acompañarme
un
tramo. Al rato vemos a Fernando y Pachi que también son grandes
aficionados
a la mar. Navegamos juntos y me proponen ir al puerto de Castillo del
Romeral para almorzar en La Cofradía de Pescadores. Hablamos de los
pormenores de la travesía que me espera y del desagradable robo que
hemos
sufrido. Volvemos a zarpar y llegamos al puerto de Pasito Blanco
donde se
quedan. Yo continúo mi travesía en solitario rumbo al Sur de la Isla
de
Tenerife.
Cuando salgo a mar abierto, comienza a soplar mucho. La mar me viene
cada
vez más fuerte por la banda de estribor. Las olas cortan y van tomando
altura. Frente a mí, el Sol comienza a acostarse en la espesa calima
mucho
antes de su hora. La referencia de rumbo que me daba el astro rey se
desvanece con él. Esto me causa tener que consultar el GPS mucho más
frecuentemente, y en consecuencia aminorar la marcha. Estoy solo. Una
vez
más. Me siento inmensamente triste. Más solo aún si cabe.. Estoy
viviendo
un momento extremadamente difícil.. Mi sueño ha sufrido un zarpazo muy
fuerte y se tambalea. Me confío en Dios y rezo durante horas. Lucho
intensamente con la mar. En la mitad del canal corrijo rumbo para caer
al
Sur. La mar me viene entonces por la aleta de estribor. Sigo en pie
pero la
costa de Tenerife no aparece. Es noche cerrada y no se ve ningún faro.
Hay
mucha calima y la visibilidad no es nada buena. La costa debería estar
ya
cercana. Según mi GPS a cinco millas. Me inquieto. Lo único que me
faltaba en el día de hoy, es que esté fallando mi sistema de navegación
y me
pierda en la mar.. Me calmo. Seguro que pronto veo la luz de un faro
que
me devuelva la paz. Pasan interminables momentos. ¡Al fín un
destello!
Creo que es un faro. En unos minutos, como por arte de magia aparece,
en la
lejanía, la costa invadida de luces. Continúo a Puerto Colón y logro
arribar. Un día más gracias a Dios. Dentro de mi tristeza, el haber
llegado a Tenerife me alegra inmensamente. No puedo parar ahora mi
Expedición. Tengo que intentarlo. Espero poder contároslo como sea.
Ya no
podré enviaros vídeo ni probablemente fotos.. Pero aunque sea por
teléfono
IRIDIUM trataré de resumiros cada día de navegación trasatlántica...
Creo
que os lo merecéis por vuestro interés en saber lo que vive un
navegante
navarro solitario que intenta hacer realidad una ilusión..
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