Martes, 26.03.02
En efecto, la situación ha empeorado mucho. Hoy el parte da fuerza
ocho con mar gruesa a muy gruesa. Para navegar a Ceuta no está tan
mal porque tendré la mar de través, y así se resiste casi todo. El
problema será la vuelta porque quiero pasar también por La Línea de la
Concepción y desde ahí regresar a Banús con la mar en la proa. Está
arreciando y aunque zarpar significa riesgo de quedarse atrapado en
Ceuta sin poder salir en varios días si la cosa va a peor, tengo mucho
interés en que Ceuta quede en nuestro recuerdo; en el vídeo y en la
transmisión que haremos D.m. mañana.
Si decido salir será a una lucha sin cuartel. Se que será el peor día
de la travesía. Supondrá riesgo. Consulto la opinión del capitán del
barco de apoyo y decido finalmente zarpar para intentar llegar a
Ceuta.
La travesía es durísima. Desde el primer momento la mar avisa que no
será fácil. Pongo rumbo directo. Son 45 Millas. Hay fuerza ocho.
La mar de través y por la amura de babor. Voy buscando "el caminito"
que siempre van dejando las enormes montañas fluidas. Lo paso muy
mal. En el canal la situación es límite. Una ola gigante me
sorprende velozmente por babor. Está empezando a romper y la enfrento
de proa para que no me revuelva. Consigo que no me tire pero a su
paso deja mi embarcación en posición completamente vertical. Cuando
desaparece comienzo a caer al vacío. Como desde un precipicio caigo
velozmente detrás de la fantástica masa de agua. Quedo sumergido
completamente y en ese momento acelero suavemente guardando mi
equilibrio para salir de la situación. Logro ponerme a flote y seguir
capeando esos miuras de gélido azul. Arribo a Ceuta después de tres
horas de lucha sin cuartel. Nos recibe la Consejera de Deportes y
intercambiamos la bandera de nuestra expedición con la bandera de
Ceuta en un emotivo momento donde se vuelven a escuchar palabras de
tolerancia, unión y paz. Después de almorzar, decido zarpar de vuelta
al Continente. Pido el parte a Tarifa Tráfico y nos dan fuerza nueve
en Algeciras. La mar es muy gruesa a arbolada. Hay aviso de temporal.
Entre una consulta y otra; me dan las seis de la tarde.. Hablamos con
algunos pescadores y me recomiendan esperar a mañana, aunque me
advierten que la cosa va a peor y que puede durar varios días. Nos
confirman que pueden cerrar el Puerto de un momento a otro. El capitán
y yo ponemos en la balanza los pros y contras. Pensamos mandar al
resto de la tripulación en el "ferry" Se impone arriesgarse a volver
ahora o arriesgarse a vernos forzados a quedar bloqueados. Sin
embargo ese instinto que te da la mar después de muchas horas y años
navegando me hace sentir que no estará tan mal como dicen.
Finalmente, digo a Chus que saque los chalecos para que se los pongan
todos los tripulantes del barco de apoyo y zarpo. Lo hago bastante
adelantado al barco. Si lo veo muy mal les avisaré por radio que
pongan la proa a Ceuta. Efectivamente la cosa está de horror, pero
contra pronóstico algo mejor que en la singladura precedente. Se puede
pasar aunque con mucha concentración y sin opción al error. Pongo
rumbo a La Línea. Son doce Millas. Tardo hora y media. En mitad del
canal, el Sol se acuesta pintando África y Europa de naranja. La
situación se pone fea otra vez, pero avistar la impresionante roca de
Gibraltar me anima a pensar en otro navarro como yo; Don Joaquín
D'Aoiz, natural de Pamplona, que a mediados del siglo XVII tomó
posesión del cargo de Aguacil Mayor y Regidor Perpetuo de Gibraltar.
Entre los embates de la mar y mis pensamientos de tiempos históricos,
siento que cada vez falta menos para llegar a nuestra Península.
Finalmente, de noche cerrada arribo a Gibraltar y después a La Línea,
donde en otro acto entrañable, intercambiamos las banderas linense y
de mi expedición. Otra vez la mar uniendo lo que nunca debe
separarse. Las ilusiones y la tolerancia triunfando siempre. A las
21:30 zarpo rumbo a Banús. Son 40 Millas. Al doblar Punta Europa, la
mar se hace brutal. A babor, la enorme y solitaria montaña de
Gibraltar parece una inmensa ola petrificada contra la que choca el
agua viva por el viento y las corrientes. Tengo la mar por la amura de
estribor. El agua me golpea continuamente. Al final, tras cuatro horas
de combate, arribo helado de frío a las 01:30 Ha sido durísimo pero
ha merecido la pena.
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Tuesday, 26,03,02
In effect, the situation has become much worse. Today the part gives force eight with heavy sea. In order to sail to Ceuta is not so bad because I will have the traverse sea, and thus everything resists almost. The problem will be the return because I want also to go through La Linea of the Concepción and from returning there to Banús with the sea in the prow. It is getting worse and although to weigh anchor means risk of remaining catched in Ceuta without being able to leave in several days if the thing goes to worse, I have much interest in which Ceuta is in our memory; in the video and the transmission that we will make tomorrow. If I decide to leave it will be a fight without quarter. That it will be the worse day of the passage. It will suppose risk. I consult the opinion of the captain of the support boat and finally decide to weigh anchor to try to arrive at Ceuta. The passage is hardest. From the first moment the sea warns that it will not be easy. I put direct course. They are 45 Miles. The sea of give force us nine in Algeciras. The sea is very heavy There is storm warning. Between a consultation and another one; It is six o´clock . We spoke with some fishermen and they recommend to wait for morning , although they tell me that the thing goes to worse and than it can last several days. They confirm us that they can close the Port from a little while to another one. The captain and I put in the balance the pros and cons. We thought to command to the rest of the crew in " ferry " prevails to risk to return now or to risk to see us forced to be blocked. Nevertheless that instinct that gives to the sea after many hours and years sailing makes me feel that it will not be as bad as they say. Finally, I say to Chus that removes the vests so that all the crew of the support boat put themselves and I weigh anchor. I do it enough advanced to the boat. If I see it very badly I will warn to them by radio that puts the prow to Ceuta. Indeed the thing is of horror, but against prognosis something better than in thare 40 Miles. When doubling Europe End, the sea becomes brutal. To port, the enormous and solitary mountain of Gibraltar seems an immense petrified wave against which it hits the alive water by the wind and the currents. I have the sea by hauls in it of starboard. The water strikes to me continuously. after four hours battle, I finally arrive frozen of cold to 01:30 It has been hardest but it has been worth the trouble.
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