14 de Mayo

El gran desierto azul sigue infinito frente a mí. La proa de la pequeña "NUMANCIA" sigue rumbo Oeste. Muchas veces imagino las proas de esas carabelas que navegaban con el mismo rumbo y parecida ilusión. Hace ahora justo 500 años, Cristóbal Colón se aventuraba por cuarta y última vez en su viaje americano. Eran cuatro carabelas. Zarparon el 20 de Mayo de 1502. Una de las naves se llamaba "bizcaína" (Para que luego nos quieran comer el coco algunos con lo del cuento nacionalista...) Desde la mar he telefoneado al Presidente del comité de mi expedición: Don Miguel de la Cuadra Salcedo. Le ha hecho mucha ilusión que le llamara y me ha preguntado todo sobre mi singladura. Sus ánimos y sabios consejos han presidido mis travesías desde 1992. Miguel me ayudó a organizar la Sevilla-Cerdeña de 1993. La travesía San Sebastián-Cadaqués en 1994 que me aconsejó hacer para conmemorar el 500 aniversario de la firma del tratado de Tordesillas. También en 2000 la del Canal de Panamá fue idea de Miguel. Es otra de las personas que más me aconsejan; como Ugarte, Marcial, etc. Ellos entienden y ayudan siempre a los que creen que los sueños se pueden hacer. La mar sigue por la aleta de estribor. El tiempo mejora cada día y el viento sigue estable en 15 nudos. Navegando siempre en pie sobre mi "delfín mecánico" las horas pasan entre las reflexiones que regala el horizonte de los dos azules. Mi muñeca derecha está muy débil. Me duele y se resiente de cargar con un peso que se multiplica con las inercias de la navegación. Un pequeño pez volador sigue aprendiendo a volar. Torpemente se cae una y otra vez, en un espectáculo que resulta enternecedor; como el de cualquier cría de cualquier especie. Como todo en la Madre Naturaleza.